Para calentar objetos voluminosos o un conjunto de bidones y depósitos de diferentes formas y tamaños, en lugar de instalar directamente mantas eléctricas calefactoras, resulta más cómodo, funcional y económico crear un entorno cerrado y calefactado donde se introduzcan los distintos objetos.
El box está formado por una estructura que sostiene una cubierta aislante y puede calentarse mediante plataformas calefactoras sobre las que se colocan los materiales, así como mediante paneles radiantes instalados en sus laterales.
También se pueden fabricar versiones móviles con paneles radiantes, que permiten desplazar la cámara caliente hasta el producto que se desea calentar. Por ejemplo, cuando se deben calentar grandes y pesadas bobinas de cable eléctrico, resulta más práctico mover el box calefactor que el propio objeto.
