Los grandes depósitos flexibles se utilizan principalmente en el ámbito agrícola para el almacenamiento de reservas de agua destinadas al riego y en el ámbito militar para suministrar agua potable a los campamentos. Otras aplicaciones pueden darse en zonas civiles sin redes de abastecimiento de agua.
Para evitar la congelación del agua dentro de los depósitos, se utilizan mantas térmicas que calientan y aíslan el contenido, impidiendo que se congele.
Además, se puede aislar y calentar todo el sistema hidráulico, incluidas las bombas, tuberías y derivaciones, para garantizar su correcto funcionamiento.
La solución con función aislante también puede emplearse en zonas cálidas; en este caso, se evita el sobrecalentamiento de los depósitos reduciendo la radiación solar directa.
